La ecofatiga o cansancio ecológico se traduce en que los ciudadanos están hartos de reciclar y de cuidar el medio ambiente. Se produce por un exceso de información alarmista sobre el deterioro ambiental. Parece que las personas se habitúan a informaciones como: “vamos a convertir el planeta en un enorme cubo de basura”, “hemos llenado los mares y los océanos de plástico”, “la tierra no puede sostener esta situación”, “también hemos dejado basura en el espacio”, etc…
Algunas personas, ante este tipo de informaciones e imágenes se habitúan e incluso se muestran indiferentes. Se produce el efecto contrario al que se buscaba. Los ciudadanos se desentienden, rebajan su conciencia ambiental y acaban por despreocuparse de los problemas del medio ambiente. Es la ECOFATIGA.
Así, a veces nos olvidamos de que los beneficios de reciclar son muy importantes e imprescindibles para el medio ambiente y que cualquier esfuerzo merece la pena. Es un hecho que el planeta es de todos y los pequeños gestos cuentan. Según el naturalista y periodista medioambiental , José Luis Gallego, “a la hora de ayudar al planeta –y reciclar las basuras es una de las mejores formas de hacerlo– la suma voluntades es la única manera de cambiar el destino del planeta a mejor. Y si no vencemos ese ecoescepticismo, esa desconfianza hacia la importancia que tiene permitir el reciclaje de una botella de vidrio depositándola en el contenedor adecuado, no vamos a conseguirlo. Porque en ese gesto, multiplicado por cien, por mil, por un millón; en tu calle, tu barrio, tu ciudad, tu comunidad autónoma, está la clave: sin ti no hay cambio”, asegura Gallego.
Algunos ciudadanos sostienen la idea de que por mucho que ellos separen, no servirá de nada porque algo fallará en otro eslabón de la cadena; además están hartos de que se les responsabilice de la situación de colapso ambiental, cuando son las administraciones y las grandes empresas las que tienen que tomar medidas. Pero no es así, asegura José Luis Gallego: “es imprescindible seguir convocando a la participación ciudadana, perseverar en el mensaje de que los pequeños gestos son poderosos y que en la acción individual está la clave. Y hacerlo de manera que el ciudadano no lo vea como una obligación sino como una oportunidad de participación: esa es la gran clave. Por eso hay que seguir trabajando desde la escuela, desde los medios de comunicación, desde el ayuntamiento. Hay que seguir proponiendo y no imponiendo, hay que seducir con las ventajas y no intentar resolver con las normativas”.
Los españoles reciclamos el 15% de los residuos ¿podemos estar cansados?
No podemos estar cansados de reciclar cuando, según Eurostat (Oficina de Información Estadística de la Unión Europea), cada español genera al año 547 Kilos de basura y de ellos solo se reciclan 82 Kilos. El destino final del resto es el vertedero. “Quienes reciclamos, asegura el naturalista, “tenemos muy claro que estamos contribuyendo con nuestro gesto a la mejora del medio ambiente y los datos sobre el aumento de la participación ciudadana demuestran que cada vez somos más los que hemos entendido ese mensaje”.