La humanidad gasta en ocho meses los recursos que la Tierra puede suministrarle en un año. La huella ecológica de los países es cada vez mayor y motiva que su déficit ecológico llegue cada vez antes. Los expertos señalan que si no se cambia el actual sistema de consumo insostenible, antes de 2050 necesitaremos dos planetas.
Qué es el déficit ecológico
Desde el 20 de agosto, el consumo mundial ha excedido los recursos que la Tierra puede producir para todo 2013: el planeta entraba el 21 de agosto en déficit ecológico, según los cálculos de las ONG internacionales Global Footprint Network (GFN) y New Economics Foundation (NEF). Sus responsables denominan a ese momento el Día del Exceso de la Tierra, para llamar la atención de la opinión pública y concienciarnos de la insostenible situación del medio ambiente. Aniol Esteban, responsable de NEF, explica que "en el modelo económico actual, si los países crecen, la demanda de recursos naturales crece por encima de lo que la Tierra puede tolerar".
Desde el 20 de agosto, el consumo mundial ha excedido los recursos que la Tierra puede producir para todo 2013
El déficit ecológico llega cada vez más pronto año tras año. Aunque los responsables de ambas organizaciones recuerdan que es una estimación, el Día del Exceso de la Tierra se producía en 1980 el 9 de noviembre, en 1993 el 21 de octubre, en 2003 el 22 de septiembre, en 2009 el 7 de septiembre, hasta llegar al citado 21 de agosto de este año. El GNF calcula que cada año el déficit ecológico llega tres días antes y que la demanda actual de recursos equivale a más de un planeta y medio. De continuar al mismo ritmo, se necesitarán dos planetas antes de 2050. El déficit ecológico se ha doblado desde 1961, según datos del NEF.
Los graves desequilibrios entre los países ricos y pobres al gastar el presupuesto ecológico se reflejan también en este concepto: por ejemplo, Japón necesita 7,1 "Japones" para sostener su consumo.
La explotación de las reservas locales y la acumulación del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera posibilitan gastar "de prestado". Mathis Wackernagel, responsable de GFN, señala que "en un mundo con muchos recursos, que haya unos países que usan más que otros no es problema, porque otros países se lo venden. Pero en la actualidad entramos en un mundo diferente, porque cada vez hay más escasez de recursos. Este modelo de crecimiento es absurdo desde un punto de vista físico".
Las consecuencias del déficit ecológico se sienten ya en todo el planeta, según los expertos de ambas ONG: hambrunas, erosión del suelo, cambio climático, deforestación, extinción de especies, colapso de las zonas pesqueras, aumento de los precios de las materias primas básicas, etc. que se traducen en costes humanos y económicos "devastadores".
Déficit ecológico en España
Según el NEF, España tarda menos de un tercio del año en gastar todo su presupuesto ecológico anual, de forma que durante los otros dos tercios emite más CO2 de lo que puede absorber y depende de los recursos de otros países. El NEF estima que España necesita "3,25 Españas" para mantener su consumo, mientras que el GFN estima que precisa unas "tres Españas y media".
Los expertos del NEF señalan que la crisis económica se ha notado y España ha rebajado algo su déficit ecológico, aunque sigue siendo elevado. No obstante, la crisis no es positiva, según Esteban, "porque la gente lo pasa muy mal y porque todavía vivimos muy por encima de los límites ecológicos del planeta. Ahora bien, es una buena oportunidad para replantearse un nuevo modelo que logre la estabilidad económica, al reconciliar el bienestar de los ciudadanos con la protección de nuestro sistema ecológico".
A pesar de ello, el experto del NEF cree que la respuesta de España es la opuesta a lo que debería hacer: "Se asume que la crisis es una cosa pasajera y que se puede volver al business as usual, de manera que se perpetúa la inestabilidad ecológica y económica".
Cómo reducir el déficit ecológico
Los expertos señalan cómo se puede reducir el déficit ecológico, tanto a nivel institucional como individual:
Reconocer el problema y tomar medidas para ello. Los países tienen que asumir la realidad del déficit ecológico para cambiar su forma de consumo insostenible. Las medidas son muy variadas, siempre con el objetivo de asentar una economía verde, con el uso de tecnologías limpias, la sustitución de energías no renovables por renovables, el replanteamiento de los planes urbanos, la restauración de los recursos naturales y mejora del medio natural, etc.
Superar los acuerdos sobre cambio climático. Algunos responsables de países en desarrollo han defendido que el principio de la responsabilidad compartida exige que los países ricos vayan más allá de las donaciones o créditos de adaptación y tomen medidas de reparación que reconozcan su déficit ecológico por emisiones excesivas durante varias décadas.
Asumir un consumo individual responsable. Los consumidores pueden hacer en su vida cotidiana mucho más de lo que creen. El uso sostenible de los productos, de los recursos naturales como el agua o la energía, los alimentos, el transporte, etc. puede marcar la diferencia si todos los ciudadanos lo asumen a nivel global, en especial en los países con un mayor déficit ecológico.