Los árboles brindan diversos beneficios de orden ambiental, estético, paisajístico, recreativo, social y económico. Contribuyen a disminuir la contaminación de todo tipo presente en las ciudades. Disipan la polución del aire, amortiguan los ruidos, protegen el agua, la fauna y otras plantas, controlan la luz solar y artificial, disipan los malos olores, ocultan vistas desagradables y controlan el tráfico peatonal y vehicular.
Por causas naturales o porque se han convertido a otros usos, 13 millones de hectáreas de bosques naturales se perdieron en el ámbito mundial entre 2000 y 2010. La estadística corresponde al estudio forestal más completo realizado por la FAO hasta la fecha: la Evaluación de los recursos mundiales 2010, que cubrió 233 países y territorios.
Este estudio señala también que si bien la deforestación en el mundo, fundamentalmente la conversión de bosques tropicales en tierras agrícolas, ha disminuido en los últimos diez años, aún continúa a un ritmo alarmante en muchos países y es, directamente, responsable de las catástrofes de cambio climático que se registran en el mundo.
Los bosques representan uno de los principales sumideros mundiales de carbono. Según la FAO, se almacenan unas 289 gigatoneladas (Gton) de carbono en árboles y otras vegetaciones. Además, son vitales para el balance del medio ambiente y la biodiversidad.
La vida de las aves depende de los frutos o semillas que consume; del árbol que las aloja para posarse, pasar la noche o anidar; de las inundaciones y sequías, y de la calidad del aire que respiran.
Fuente: Diario ecología