Este economista, antiguo asesor del Club de Roma, quiere revolucionar la economía. Y el planeta. Más de 3.000 científicos trabajan con él en red buscando soluciones imaginativas a la crisis. Su consigna: ver los desperdicios como un recurso e inspirarse en la naturaleza. Gunter Pauli lo llama la 'economía azul'.
¡Señoras, señores: nos estamos equivocando! Este es el mensaje que transmite Gunter Pauli, un emprendedor belga, cosecha del 56, que busca salidas a la crisis de forma innovadora y con los recursos que nos ofrece la naturaleza, como las algas o los desechos. Son solo algunos de los ejemplos de lo que propone.
El lo llama economía azul y lo defiende acompañado de un gran objetivo: crear cien millones de puestos de trabajo, a través de otros tantos proyectos innovadores, en un plazo de diez años. Pauli no está solo. Más 3.000 científicos creativos trabajan con él en red para buscar soluciones para los retos del mundo (la Fundación Zeri). La visión común de todos ellos es ver el desperdicio como un recurso y buscar soluciones usando la naturaleza como inspiración. En abril estará en Madrid participando en el octavo Congreso Mundial sobre Cero Emisiones.
La economía azul se basa en convertir los desechos en recursos y buscar soluciones inspiradas en el propio diseño de la naturaleza. La economía azul es una mejora de la “economía verde” que seguro que os resulta más familiar. La verde requiere que las empresas inviertan, suele ser costosa, y los consumidores pagan a cambio de preservar el medioambiente. Sin embargo, la azul se basa más en la física y en la naturaleza; reutiliza nutrientes, materiales y energía; analiza y adopta comportamientos propios de la naturaleza combinados con el conocimiento humano. Siguiendo estas pautas de innovación que supone su nuevo modelo de producción, Pauli creó la fundación ZERI (Zero Emissions Research and Initiatives), una red global de mentes creativas que buscan soluciones para los desafíos del mundo (en el ámbito de la energía, de la alimentación, de la arquitectura, de la sostenibilidad…).
Pauli suele poner como ejemplo el desaprovechamiento del 99,8% del café que consumimos y es que los posos se pueden reutilizar como sustrato para el cultivo de hongos y setas cuyos restos pueden servir para alimentar a animales. Estos animales producen estiércol, el estiércol puede ser reconvertido en biogás y, por lo tanto, en energía. ¿No es genial?
“Necesitamos salud, energía, movilidad. Y además un mundo que nos permita aprender con ética”, Gunter Pauli.
Como ya hemos mencionado anteriormente, una de las facetas de Pauli es la de escritor: escribe fábulas para inspirar a los niños despertando su capacidad creativa fantástica y proponiendo nuevos desafíos a los jóvenes. No se pretende dar respuestas básicas a los niños sino equiparles para que sean investigadores. La idea de las fábulas es que todos aprendan ciencias fácilmente y desarrollen su inteligencia emocional y su expresión artística como una forma de comunicación y comiencen a mejorar sus relaciones con el entorno.
Gunter ha escrito 36 fábulas que exponen a los niños a 1000 temas científicos, de inteligencia emocional y de arte, con una distribución de más de cien millones de copias. Gunter Pauli publica semanalmente en una fuente abierta un modelo de negocio innovador. En la actualidad más de 1.000 empresas se han creado basadas e inspiradas en este modelo.
¿Deberíamos empezar hablando de las cebras, quizá?
Gunter Pauli. Son la maravilla del aire acondicionado, las grandes expertas en el control de la temperatura. Además, al hacerlo mantienen a raya a los mosquitos: generan una corriente de aire sobre su piel que impide que se posen. ¡Nosotros lo hacemos con químicos! ¡E invertimos mucha energía para generar aire fresco! La cebra lo logra sin nada. Es fascinante.